El pasado martes 30 de Mayo se celebró una Jornada sobre Alergias e Intolerancias Alimentarias, en el salón de actos del Gobierno Vasco. Organizadas por ADESA, estas III Jornadas reunieron a casi 150 profesionales de la seguridad alimentaria, que pudieron escuchar las explicaciones de los 13 ponentes que intervinieron en el acto a lo largo del día. El evento contó con la colaboración del departamento de salud del Gobierno Vasco y de SEA Hostelería, a los que tenemos que agradecer su inestimable apoyo.
Las charlas estaban organizadas en varios grupos temáticos, puesto que uno de los aspectos más importantes para la organización era que tuvieran cabida en la Jornada todos los agentes implicados en un problema tan relevante en la actualidad como el tratado. De esta forma, se pudo escuchar el punto de vista de la administración (AECOSAN y Gobierno Vasco), de las empresas fabricantes de productos sin alérgenos (Proceli y Kaiku), de las asociaciones de personas afectadas (FACE, ADILAC, e IMMUNITAS VERA), y de la rama sanitaria (Hospital Universitario de Cruces y Hospital Univeritario de Alava), del sector restauración-colectividades (AUSOLAN).
Pero también se pudo conocer las novedosas técnicas de análisis genético aplicado a la detección de alérgenos (BIOGENETICS), la gestión de alérgenos desde el punto de vista de los sistemas de gestión de seguridad alimentaria (ADESA), o la importancia de la dietoterapia (LUJAN SOLER).
La jornada había suscitado un gran interés, tanto a nivel de asistentes como a nivel de los medios de comunicación, que contribuyeron a la difusión del evento con diversas intervenciones en forma de entrevista en sus distintos programas.
El socio director de ADESA, Iván Cortázar, fue el encargado de cerrar la Jornada con el apartado de conclusiones, que reproducimos a continuación. Hubo varias frases destacadas, como por ejemplo que “La mejor información de alérgenos en las etiquetas: la justa y necesaria”, o también que “El único medicamento: no consumir el alimento que genera la alergia”.
En relación a la información que se le aporta al consumidor, queda camino por recorrer, aunque cada vez es mayor la sensibilización y concienciación al respecto, tanto por parte de las industrias, como por los sectores minorista y hostelero, que van dando pasos en la información, gestión y minimización de alérgenos. La Administración igualmente sigue avanzando en la investigación de las alergias y en el desarrollo del marco legal que lo regule. En lo referente a las colectividades, es importante destacar la importancia de que los inyectores de adrenalina formen parte de los botiquines de todos los centros, así como de la formación en su uso para monitores y personal responsable del servicio. Como conclusión final, es fundamental la sensibilización, concienciación y educación para facilitar la inclusión de las personas alérgicas, y en esto, cada persona tenemos nuestra responsabilidad.