¿El consumo de lácteos regenera el tejido muscular?

16/01/2020

Día a día la mayoría de nosotros infligimos daño a nuestro tejido muscular, sea con movimientos orgánicos propios de nuestra actividad cotidiana o por una serie de ejercicios hechos en un gimnasio.  Las fibras musculares sometidas continuamente a tensión son dañadas y para repararse se fusionan y aumentan de diámetro y longitud, creando así un músculo más grande. Esta ganancia no viene sin dolor.

A medida que los músculos se reparan y crecen hay un período de disminución de agilidad, y fuerza reducida en los grupos musculares dañados. Para el aficionado al gimnasio, esto puede ser un inconveniente, por lo que puede recurrir entre distintas alternativas, como el consumo de relajantes musculares elaborados con ingredientes naturales que ofrecen resultados efectivos.

Pero si hablamos de atletas profesionales, puede ser un problema mayor. Para ellos es vital disminuir en el menor tiempo posible el período de recuperación, y si bien en las tiendas de nutrición para deportistas hay espacios dedicados a los polvos para el desarrollo muscular, y otros a las bebidas de recuperación de carbohidratos, la leche puede ser la única bebida que puede presumir de la capacidad de desempeñar un papel en ambos.  

Para los deportistas el glucógeno es el combustible principal. Está hecho de largas cadenas de moléculas de glucosa que el cuerpo puede usar como una fuente rápida de energía, y son precisamente los productos lácteos los que contienen la mezcla ideal de proteínas y carbohidratos para reponer las reservas de glucógeno que suele agotarse rápidamente cuando las personas hacen ejercicio y que los expone continuamente a la inflamación de los músculos.

El suero de leche contiene proteínas, carbohidratos, vitaminas, minerales y agua, y tiene una gran ventaja frente a otros rehidratantes, ya que estos nutrientes son rápidamente absorbidos y metabolizados por el cuerpo para producir energía durante la actividad y reponer las reservas de nutrientes después de ella.

En el yogur o la leche se puede encontrar proteína de suero combinada con carbohidrato, además de aminoácidos de cadena ramificada que estimulan la formación más rápida de glucógeno. Además, distintas investigaciones muestran que la leche consumida como bebida de recuperación y rehidratación después del ejercicio es más efectiva, porque puede aumentar la masa muscular.

Y si hablamos de resultados más efectivos, la leche con chocolate es considerada cada vez más por los deportistas, ya que contiene todos los ingredientes claves para la recuperación, incluido el 87% de contenido de agua, electrolitos naturales y una relación óptima de carbohidratos a proteínas. Por ello no sorprende que sea preferida particularmente por atletas de deportes de resistencia como ciclistas y corredores, que no dudan en hacerla parte de su dieta durante las altas competencias.

Con todos estos beneficios, entonces, es sencillo responder por qué el consumo de lácteos regenera el tejido muscular. Se debe básicamente a su rico contenido de leucina, uno de los veinte aminoácidos utilizados por las células para sintetizar las proteínas. La leucina interviene en los procesos de crecimiento muscular, por ello al ser consumida antes y durante el ejercicio atenúa la destrucción muscular y también estimula a que nuestro cuerpo aumente el tamaño de sus fibras.