El 66% excluyen el gluten/la lactosa sin diagnóstico médico

27/09/2022

20/09/2022 Fuente La Vanguardia.

Cada vez más personas deciden eliminar de su dieta el gluten y la lactosa, pero dos de cada tres lo hace por propia iniciativa, sin tener un diagnóstico médico que lo aconseje. De hecho, se estima que un 25% de españoles ya lleva una alimentación libre de lactosa y que el 64% de ellos aplica este hábito a su núcleo familiar. 

Esto convierte a la dieta sin lactosa en la dieta de exclusión más seguida en España, según el informe Tendencia de exclusión alimentaria en la población española que hoy han presentado la Fundación Mapfre y la Academia Española de Nutrición y Dietética.

Le sigue la dieta sin gluten, elegida por un 8% de los encuestados y, en el 72% de los casos, sin tener razón científica o médica detrás. Además, como en el caso de quienes llevan una dieta sin lactosa, siete de cada diez de los que comen sin gluten hacen extensiva este tipo de dieta a sus familias.

Además, según este estudio -basado en 3.150 encuestas encaminadas a averiguar la motivación y el objetivo de las exclusiones alimentarias que realizan muchas personas- ocho de cada diez personas que evita el gluten excluye también la lactosa, y más de la mitad de los que excluyen esta última también lo hacen con el gluten. 

Otras dietas de exclusión frecuentes son la flexitariana -caracterizada por una baja ingesta de carnes-, que se calcula que sigue un 7% de la población, y la vegetariana, que siguen un 4% de encuestados y excluye carnes y pescados pero admite la ingesta de lácteos y huevos. Por lo que respecta a la dieta vegana, que deja fuera cualquier alimento de origen animal, sería la opción del 0,8% de la población, según este nuevo informe.

Respecto a las razones por las que un número creciente de personas excluye determinados alimentos, nutrientes o ingredientes de su dieta, cuatro de cada diez dice que ha sido una decisión auto prescrita, derivada de una reflexión personal. 

Y entre aquellos que aseguran hacerlo por un problema de salud, un tercio lo ha hecho después de acudir a un médico de familia, un 18% a un especialista y otro 17% a un dietista-nutricionista. También hay otros muchos que han restringido su alimentación por influencia de la familia o de los medios de comunicación. 

Los autores del estudio aseguran haber detectado que una gran parte de estas exclusiones alimentarias se realizan sin tomar conciencia del daño a la salud que puede conllevar eliminar alimentos sin supervisión médica, al tiempo que llaman la atención sobre el coste económico adicional que a menudo conllevan.

«Hay que recordar que, ante la sospecha de enfermedad o ante cualquier duda de que un alimento nos pueda estar sentando mal, se debe acudir al médico para que haga una valoración clínica y las pruebas necesarias para establecer el diagnóstico adecuado y, en el caso de precisar un tratamiento dietético individualizado, contactar con un dietista-nutricionista o un médico especialista en endocrinología y nutrición», ha afirmado el presidente de la Academia Española de Nutrición y Dietética, Giuseppe Russolillo. 

Los posibles riesgos

Dieta vegetariana y vegana

Uno de los riesgos fundamentales que conllevan este tipo de dieta es la deficiencia de vitamina B12, que puede causar problemas leves como cansancio, debilidad o mala memoria o derivar en otros más graves como la anemia megaloblástica, problemas neurológicos, depresión o demencia. Por ello, explican los especialistas, quienes sigan este tipo de alimentación deberían suplementarla con vitamina B12 y llevar un seguimiento con especialistas en nutrición para evitar otras deficiencias que puedan poner en riesgo, por ejemplo, la salud ósea

Dieta sin gluten

Seguir una dieta sin gluten o baja en gluten sin el diagnóstico y seguimiento médico adecuado puede conllevar una pobre ingesta de fibra, de vitaminas D, B12 y folatos, así como de hierro, zinc, magnesio y calcio y un mayor consumo de grasas saturadas y parcialmente hidrogenadas, según los autores del informe.

Dieta sin lactosa

Los especialistas aseguran que seguir una dieta sin lactosa sin un diagnóstico de intolerancia puede conducir a una ingesta inadecuada de calcio y comprometer la salud, en especial la ósea.