18/10/2018 Fuente Diario Vasco. El skyr es un producto típico de los países nórdicos que se comercializa como un tipo de yogur. No obstante, se trata de un queso crema hecho a base de leche desnatada.
El skyr llegó a Islandia de la mano de los vikingos hace más de mil años y lleva consumiéndose desde entonces. A día de hoy, puede encontrarse en cualquier mercado de los países escandinavos.
En el proceso de elaboración del skyr se llega a eliminar hasta el 90% de la lactosa de la leche
El proceso de su elaboración consiste en calentar la leche hasta los 90 – 100ºC y su posterior pasteurización para eliminar las bacterias. No obstante, el skyr es distinto debido a dos bacterias que permanecían tras la pasteurización, el Streptococcus thermophilus y la Lactobacillus bulgaricus. Cuando el producto se espesa, se elimina el suero formado con un paño al igual que con el queso.
El skyr es muy popular no solo por su historia, sino por sus altos valores nutricionales. Este producto contiene apenas 60 calorías en 100 gramos, está prácticamente libre de grasas y tiene un 40% más de proteínas que los yogures tradicionales.
Además, ayuda a prevenir la osteoporosis y a controlar el apetito, gracias a su alto contenido en calcio. Según estudios, los lácteos fermentados como el skyr pueden llegar incluso a reducir el riesgo cardiovascular y a mantener en buen estado el intestino.
El skyr puede consumirse como un simple yogur, pero si se quiere optar una opción un poco más arriesgada se pueden mezclar con las comidas. Su textura y sabor pueden resultar el acompañamiento perfecto para las ensaladas frías, la pasta e incluso para el pescado.
Otra opción es consumirlo como un batido mezclándolo con varias frutas. Una de las recetas más populares de skyr en Islandia es la tarta de yogur con arándanos azules, un postre frío para el verano.
La lactosa en el skyr
Para llevar a cabo la elaboración de skyr, se necesita cuatro veces más leche de la que se necesita para elaborar un yogur. De hecho, de 3,5 litros de leche tan solo se obtiene un litro de skyr.
En el proceso de elaboración se llega a eliminar hasta el 90% de la lactosa de la leche, hecho que puede permitir a personas con poca intolerancia a la lactosa consumir este producto, aunque siempre se recomienda probar un poco antes para comprobar que no genera una reacción.