Se llama MIKROBIOMIK. Está elaborado a base de heces y es el primer medicamento biológico basado en la microbiota intestinal en dar batalla a una bacteria que produce infecciones intestinales recurrentes, la causa más frecuente de diarrea infecciosa en los pacientes hospitalizados. Solo en Europa se contabilizan 124.000 personas afectadas por esta dolencia cada año. Para cagarse. La causante es la bacteria Clostridium difficile, hasta ahora difícil de erradicar, haciendo honor a su apellido.
El diminuto «bichito» es el responsable de impedir todavía más el proceso de recuperación del paciente. Pero, por fortuna, ya cuenta tiene un potente enemigo. Se trata de la biofarmacéutica vizcaína que da nombre al que será previsiblemente el primer medicamento biológico basado en la microbiota intestinal y que contiene todo el ecosistema bacteriano procedente de un donante de heces sano validado.
En el último trimestre de 2023 finalizó con éxito su ensayo clínico de fase III con MBK-01, según la nomenclatura del fármaco. Aunque todavía no esté disponible en el mercado, está autorizado para su «uso compasivo» por la AEMPS.
Una de las primeras personas en beneficiarse del principio activo es Gloria. Tiene 72 años y diversas patologías. En uno de sus ingresos en el hospital (marzo de 2023) se contagió de la maldita bacteria.
El pasado setiembre, Gloria sufrió un derrame cerebral. Todavía faltaban 2 meses para que autorizaran el uso de MBK-01. Hacía 20 deposiciones por día. El médico le recomendó esta novedosa terapia. Gloria ya había pasado 3 episodios con su correspondiente antibiótico para tratarla.
Faltaban7 meses más para que el fármaco estuviera disponible, pero gracias a la insistencia, adelantaron la posibilidad de administrar el tratamiento. Fueron 4 pastillas a tomar con una diferencia de aproximadamente media hora. El efecto fue inmediato: las deposiciones se redujeron a unas 5 y ahora mismo Gloria está estable.
El doctor Octavio Arce, médico especialista en Medicina Interna con dedicación en enfermedades infecciosas, describe la enfermedad: «es una bacteria que a veces tienen las personas en el tubo digestivo, pero con la peculiaridad de ser resistente a la mayoría de antibióticos que se usan para tratar infecciones comunes, como la neumonía».
La situación pueden sufrirla pacientes de cualquier edad, pero hay personas que más propensas. Suelen ser mayores con más contacto con el medio hospitalario; pacientes débiles con ingresos frecuentes. La infección es potencialmente grave y suele prolongar la estancia en el hospital, empeorando en consecuencia, la calidad de vida.