Probióticos. Un potencial aún en sus inicios.
La FAO/OMS (2002) y posteriormente en su actualización la ISAPP (Asociación científica internacional de probióticos y prebióticos) en 2014, definieron los probióticos como microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud del huésped. Estas bacterias beneficiosas están presentes en muchos alimentos cotidianos, entre los que se encuentran los productos lácteos fermentados como el yogur y algunos kefire
• En Europa no existe normativa que regule la definición y uso de probióticos en alimentación.
• Lo que sí deben cumplir, es que se trate de un producto que sea seguro y no ponga en riesgo la salud del consumidor.
• En ausencia de una lista de microrganismos autorizados a nivel de la UE, se toma como referencia la lista de QPS de la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria)
• En España, mientras no se llegue a un consenso a nivel europeo, la AESAN permite el uso del término probiótico en el etiquetado y publicidad de complementos alimenticios que los contengan, sin considerarlo una declaración de propiedades saludables. (Probióticos en los alimentos. Revisión. Ministerio de Consumo. AESAN. Octubre 2020)
El yogur y las leches fermentadas
Sobre las declaraciones de propiedades saludables, la única permitida es sobre los microorganismos vivos Lactobacillus delbrueckii subsp. Bulgaricus y Streptococcus thermophilus del yogur o la leche fermentada, que contengan un mínimo de 108 UFC/g, de manera que se escriba:
“Los cultivos vivos del yogur o de la leche fermentada mejoran la digestión de la lactosa del producto en las personas con problemas para digerir la lactosa”
Sus beneficios no dependen únicamente de que el producto contenga menos lactosa, sino de que las bacterias probióticas puedan incrementar, además, la actividad de la enzima lactasa en el intestino delgado (1).
No todos los alimentos fermentados que contienen organismos vivos cumplen el concepto de probiótico, pero sí pueden ser buenas fuentes de lactasa y, por lo tanto, pueden ser alternativas para las personas con intolerancia a la lactosa (IL).
La evidencia acumulada ha demostrado que las bacterias probióticas en los productos lácteos fermentados pueden usarse para aliviar los síntomas clínicos de la IL. En esta revisión sistemática (2) se evaluó la efectividad de los probióticos en el tratamiento de la IL mediante 15 estudios. Se estudiaron ocho cepas probióticas con el mayor número de beneficios probados, y los resultados mostraron diversos grados de eficacia, pero una relación positiva general entre los probióticos y la IL.
Sabemos además que los síntomas gastrointestinales pueden persistir en pacientes con intolerancia a la lactosa después de una dieta libre de lactosa. Se vio en este trabajo de 2019 (6) que el tratamiento con probióticos y vitamina B6 puede ser útil para aliviar los síntomas en sujetos con IL y trastornos gastrointestinales funcionales persistentes a través de una modulación de la composición en la microbiota intestinal. Una limitación del ensayo no obstante, volvió a ser la duración relativamente corta del tratamiento.
«Debido a que la IL es una afección crónica y es posible que los cambios en la microbiota intestinal no persistan, se necesitan estudios de eficacia a largo plazo, en particular aquellos que examinen los efectos después de la interrupción del tratamiento.«
Cuidar nuestra microbiota, la base
Los resultados de los últimos estudios son prometedores y avanzamos rápidamente hacia tratamientos que lograrán muy probablemente mejoras en la sintomatología de la IL. No obstante, no podemos lanzarnos en busca del mejor y más eficiente probiótico, sin antes tener muy en cuenta el impacto de nuestros hábitos a lo largo de la vida, la alimentación como base fundamental de salud y el cuidado de nuestra salud mental que la equilibre.
Incluso desde antes de la gestación, el parto, lactancia e introducción de alimentos en la primera infancia, todos ellos son determinantes en la composición y función de ese entramado de microorganismos que rigen nuestra salud.
«Una alteración de nuestra microbiota podría traducirse en inflamación y mayor predisposición a padecer alergias, sensibilidad alimentaria e incluso enfermedades autoinmunes.«
Queda por delante un apasionante camino de investigación en torno a la microbiota, el tratamiento y prevención de enfermedades. De momento, tenemos suficiente certeza de que la alimentación, puede constituir una base sólida de mejora.
Estrella Rubio Romero
Dietista·nutricionista
Asesora de ADILAC
(1) Gabriel Olveira, Inmaculada González-Molero. Actualización de probióticos, prebióticos y simbióticos en nutrición clínica. Endocrinología y Nutrición, Volume 63, Issue 9, 2016, Pages 482-494, ISSN 1575-0922.
(2) Sophia J. Oak & Rajesh Jha (2019) The effects of probiotics in lactose intolerance: A systematic review. Critical Reviews in Food Science and Nutrition, 59:11, 1675-1683, DOI: 10.1080/10408398.2018.1425977
(3) J. Liu, N. Orfan. P319 Enzymatic activity and possible role for otc probiotics in the treatment of lactose intolerance. Annals of Allergy, Asthma & Immunology. Volume 123, Issue 5, Supplement, 2019, Pages S52-S53,ISSN 1081-1206,
(4) Leis R, de Castro MJ, de Lamas C, Picáns R, Couce ML. Effects of Prebiotic and Probiotic Supplementation on Lactase Deficiency and Lactose Intolerance: A Systematic Review of Controlled Trials. Nutrients. 2020 May 20;12(5):1487. doi: 10.3390/nu12051487. PMID: 32443748; PMCID: PMC7284493.
(5) Ibrahim, S., Gyawali, R., Awaisheh, S., Ayivi, R., Silva, R., Subedi, K., Krastanov, A. (2021). Fermented foods and probiotics: An approach to lactose intolerance. Journal of Dairy Research, 88(3), 357-365. doi:10.1017/S0022029921000625
(6) Vitellio P, Celano G, Bonfrate L, Gobbetti M, Portincasa P, De Angelis M. Effects of Bifidobacterium longum and Lactobacillus rhamnosus on Gut Microbiota in Patients with Lactose Intolerance and Persisting Functional Gastrointestinal Symptoms: A Randomised, Double-Blind, Cross-Over Study. Nutrients. 2019 Apr 19;11(4):886. doi: 10.3390/nu11040886. PMID: 31010241; PMCID: PMC6520754.