La malabsorción de la lactosa no es igual que la intolerancia

11/06/2019

29/05/19 Fuente Diario Enfermero.

En los últimos tiempos son muchas las personas que se autodiagnostican intolerancia a la lactosa y dejan de consumir cualquier producto que la lleve, cometiendo un grave error. Así se ha puesto de manifiesto durante una jornada organizada por la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (Fesnad) con motivo del Día Nacional de la Nutrición, que este año se ha celebrado bajo el lema “Lácteos. Tenlo claro”.

“Los lácteos son la fuente más importante de componentes bioactivos naturales y sus efectos beneficiosos son el resultado de la interacción de todos los nutrientes, más allá de la suma de sus efectos individuales”, afirma Marilourdes de Torres, supervisora de la Unidad de Nurtrición y Dietética del Hospital Universitario Miguel Servet (Zaragoza). Para ella, esta decisión es un atraso porque “la reducción del consumo de productos lácteos en nuestra dieta diaria dificulta alcanzar las cantidades recomendadas de calcio”. Durante su intervención en la jornada, De Torres apuesta porque sea “la enfermera la que forme a la población en cuáles son los beneficios de la leche y los lácteos, que quedan lejos de las modas anti”.

Entre los puntos más destacados se ha puesto de manifiesto la diferencia entre la maldigestión/malabsorción de la lactosa y la intolerancia. En este sentido, la enfermera explica que la correcta absorción de la lactosa en humanos requiere de la presencia de una enzima llamada lactasa. El problema viene cuando existe una escasa o nula cantidad de lactasa y la lactosa no puede ser asimilada correctamente y se producen molestias intestinales. Esta situación no supone que esa persona sufra una intolerancia, ya que la malabsorción es una consecuencia de la digestión insuficiente y la intolerancia, por su parte, la aparición de síntomas debido a la malabsorción.

“Tras el verdadero diagnóstico, será la enfermera la que educará a ese paciente en cómo debe administrar la leche y los yogures, pero nunca va a permitir que el individuo deseche los lácteos, porque a menor ingesta, más rapidez en la desaparición de la acción de la mucha o poca lactasa que genere, tal y como señala la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria”, recalca De Torres.