El uso de la leche en la cosmética es milenario, porque se demostró que Cleopatra lo usaba para mantenerse bella. En la actualidad se ha recuperado esta técnica porque diversas investigaciones científicas han certificado su uso, debido a sus propiedades beneficiosas para la piel.
Entre sus principales aportes destaca su capacidad de reforzar la hidratación y su efecto exfoliante sobre las células deterioradas, que convierten a la leche en un aliado para la belleza. Su principal componente beneficioso es el alfahidroxiácidos o Alfa Hidróxidos (mejor conocido como AHA por sus iniciales en inglés). También se les conoce como ácidos frutales debido a su procedencia.
Estos ácidos estimulan la producción natural de colágeno porque poseen bioproteínas que ayudan a retener la humedad, y biotina, que actúa como protector frente a agresiones externas. Estos descubrimientos se suman a la industria de la cosmética que año a año se renueva, con hallazgos sobre nuevas técnicas que protegen y cuidan la piel.
Anteriormente había evolucionado con el uso de la vitamina C como respuesta al envejecimiento prematuro, después sobre el poder de la baba de caracol, y más recientemente con la rutina de cuidado del rostro con ácido hialurónico en crema que facilita la síntesis del colágeno, y combate la flacidez para potenciar la firmeza del cutis.
En posible que esos productos se renueven al introducir a la leche como ingrediente, porque se ha demostrado que todas las leches proporcionan sus nutrientes al entrar en contacto con la piel, en especial las lipoproteínas. En la leche de cabra se encuentran las lipoproteínas, las cuales ayudan al paso de los nutrientes y del agua, a través de la membrana de las células llevándolos dentro, por esta razón, la piel queda tan suave con los jabones de leche de cabra en vez de los jabones convencionales.
Los jabones elaborados a base de leche de cabra son cremosos y dejan la piel intensamente hidratada y son ideales para las pieles secas, sensibles y dañadas con tendencia a eczema, dermatitis y psoriasis.
En la leche de cabra los glóbulos grasos son de tamaños muy pequeño, es por ello, que no se forma la típica capa de grasa cuando se deja reposar o se hierve la leche de vaca, de manera que, los múltiples aportes la han puesto a la cabeza de la materia prima de los cosméticos. A este tipo de productos mayormente se le conoce como cosmética natural, en el caso de los EE.UU el sello NOP exige a los cosméticos ecológicos, requisitos similares a los de un producto alimentario.
Por otra parte, un estudio realizado en colaboración con la Universidad de Salamanca, avala las propiedades de la leche de burra, es por ello, que surgió la presentación del producto Neathea para su línea de cosmética facial y que apuesta por la comercialización de productos de nutrición BIO con leche de burra.
La leche de burra tiene múltiples propiedades, como la vitamina A o retinol, un aliado contra las arrugas y marcas de expresión. Debido a su efecto antioxidante, evita el envejecimiento prematuro de la piel y estimula la producción de colágeno (evita la pérdida de elasticidad de la piel).
La leche de burra también es buena para combatir el acné, eliminar manchas oscuras de la piel y mantenerla perfectamente hidratada. Incluso en países mediterráneos y en Sur América, como Argentina y Paraguay, la leche de cabra forma parte de la composición de sus cosméticos tradicionales.